By Anya Tinajero Vega
Co-founder of Mormonas Feministas. Convert of 19 years. Inquisitor, eternal student and daughter and granddaughter of exceptional women. To question is to live. (English translation included below the Spanish text.)
Por Anya Tinajero Vega
Co-fundadora del Grupo Mormonas Feministas. Conversa a los 19 años. Preguntona, eterna estudiante e hija y nieta de mujeres excepcionales. Cuestionar es vivir.
“No estás sola hermana”, fue lo que me dijo Joanna Brooks cuando terminé de contarle mi experiencia mientras mi rostro estaba lleno de lágrimas. Hoy, desde México les digo a mis hermanas y hermanos de Ordain Women que no están (estamos) solas ni solos. Caminar con ustedes el sábado a la reunión del Sacerdocio hizo que mi corazón reviviera y creciera una fe inmensa en que las cosas pueden cambiar. No estén tristes, el que nos hayan negado la entrada no debe significar que debemos bajar los brazos y olvidar lo que creemos es justo.
Debo confesarles que me tomó mucho tiempo y romper muchos miedos el decidir ir a caminar junto a ustedes. Tenía mucho miedo y eso es raro en mí. Estoy acostumbrada a marchar en manifestaciones, escuchar críticas hacia mí y mis causas, enfrentar a mis detractores, pero nunca en mi Iglesia. Por eso no me gusta leer y escuchar que lo que hicimos el sábado fue una “manifestación”. Siempre fuimos respetuosas, reverentes y amorosas con todos. Nunca gritamos, no teníamos carteles en contra de la Iglesia, no fuimos groseras, no fuimos irreverentes. Abrazamos con infinita tristeza a la hermana que nos negó la entrada a la reunión de Sacerdocio. Estoy muy orgullosa de todas ustedes y de los hermanos que con mucho amor caminaron y esperaron en la línea con nosotras.
También tengo que confesarles que el miedo más grande en asistir al evento de Ordain Women es que sabía que lo que iba a sentir ese momento, decidiría mi estadía en la Iglesia o el alejamiento de la misma. En esas horas pude conocer a personas extraordinarias que me hicieron reconsiderar. Me hicieron sentir el Espíritu Santo, reafirmando que no puedo dejar mi Iglesia. Me hicieron soñar en una Iglesia donde cabemos todos. Debemos entonces luchar, por hacer de ella el espacio que Cristo siempre predicó: sin prejuicios, sin discriminación, con amor como la regla más valiosa.
He leído que algunas han decidido dejar de ir a la Iglesia por un tiempo. Si ese tiempo les ayuda para sanar el corazón, háganlo. A otras las he leído contestar a las críticas, no se desgasten, pero tampoco se cansen en defender lo que creemos.
No están solas. No estoy sola. No me hagan sentirme sola en este camino. Ni la lluvia, ni el granizo, ni el frío, ni los gritos, ni el acoso, ni las críticas hicieron que dejáramos de caminar para poder tocar la puerta. No me dejen sola.
English Translation
“You are not alone, sister,” was what Joanna Brooks told me when I finished telling her my experience, my face covered in tears. Today, from Mexico, I say to my sisters and brothers that they are not (we are not) alone. Walking with you Saturday to the priesthood meeting made my heart revive and grow an immense faith that things can change. Do not be downhearted; the fact that we were denied entrance does not mean that we should stop raising our hands and forget that which we believe is right.
I must confess to you that it took me a lot of time and destroying a lot of fears to decide to go and walk together with you. I was very afraid, and that’s rare for me. I am used to marching in demonstrations, confronting my detractors, but never in my Church. That is why I don’t like reading and hearing that what we did was a “protest.” We were always respectful, reverent and loving toward everyone. We did not yell, we were not rude, we were not irreverent. We embraced with infinite sadness the sister who denied us entrance to the priesthood meeting. I am very proud of all of you and of the brothers who with much love walked and waited in the line with us.
I also have to confess to you that my biggest fear in attending the Ordain Women event was that I knew that what I felt at that moment would decide whether I stayed in the Church or distanced myself from it. In those hours I met extraordinary people who made me reconsider. They made me feel the Holy Ghost, reaffirming that I couldn’t leave my Church. They made me dream of a Church where we all fit in. Therefore we should strive, to have in the Church the place that Christ always preached: without prejudice, without discrimination, with love as the most valuable gift.
I have read that some women have decided to stop attending church for a while. If that time helps them heal their hearts, they should do it. I have read that others contend with the critics, not wearing themselves down, but neither resting as they defend what we believe.
They are not alone. I am not alone. They make me feel that I am not alone on this road. Neither rain, nor hail, nor cold, nor yelling, nor harassment, nor those who criticized us made us stop walking so that we could knock on the door.
Do not leave me alone.
7 Responses
This is remarkable. You are remarkable! Thank you for your courage and for your commitment to truth and to the gospel. Thank you for staying. I’m in this church for the duration. I’m glad strong women like you have chosen to stay too. God bless you.
Esto es notable. Usted es notable! Gracias por su coraje y por su compromiso con la verdad y al evangelio ti. Gracias por quedarte. Yo estoy en esta iglesia para la duración. Estoy contento de mujeres fuertes como usted ha decidido quedarse también. Dios los bendiga.
Wonderful, beautiful post, Anya. I feel that is my associations with other Mormon feminists that have helped me remain tied to my faith tradition.
I love knowing that I am not alone, with women like you standing with me in solidarity.
Amen and amen.
Tus palabras son muy poderosas, Anya! Gracias para compartir con nosotros. Gracias por caminar con nosotras. Todos somos mucho mas fuerte con una mujer como ti.
“They made me dream of a church where we all fit in.” BEAUTIFUL. Thank you, Anya!
This was lovely, thank you.
I find this so powerful at a difficult moment in my life, “They are not alone. I am not alone. They make me feel that I am not alone on this road. Neither rain, nor hail, nor cold, nor yelling, nor harassment, nor those who criticized us made us stop walking so that we could knock on the door.”
Muchas gracias, Anya…tus palabras son un bálsamo para mí.